El martes 2 de marzo de 2021 tuvo lugar la quinta sesión del Seminario de Historia Cultural, la cual tuvo como protagonista al catedrático Fernando Andrés Robres de la Universidad Autónoma de Madrid. En esta ocasión, el interés del encuentro radicó en las investigaciones que Andrés Robres llevó a cabo junto con historiadores de otras universidades españoles y que derivaron en la publicación de dos libros (2008 y 2020). Al mismo tiempo, la presentación reveló que sigue siendo fructífero hurgar en los archivos y descubrir los tesoros que allí se albergan.
Según Andrés Robres, el punto de partida fue el descubrimiento azaroso de un manuscrito alojado en la sección de Consejos Suprimidos del Archivo Histórico Nacional en el año 1992. El ejemplar, encuadernado en pergamino y de aproximadamente 200 páginas, contaba con un título escueto (“Relación de la visita de Valldigna”) pero, asimismo, con un intrigante comienzo: “Lector mío, estos motivos he tenido para referir los raros y nunca oídos sucesos de esta visita…”. ¿De qué trataba, entonces, el documento hallado?
Un día del mes de noviembre de 1665, el fray Tomás Gómez (natural de Coca, en Segovia, pero que habitaba en el convento de Nogales, cerca de León) arribó a las puertas del monasterio-fortaleza de Valldigna, ubicado a unos 60 kilómetros al sur de Valencia. Gómez, quien pasaba los 50 años y pertenecía a la orden del Císter, se dirigía a Valldigna con la orden de realizar una visita de inspección en respuesta a las graves acusaciones que se habían hecho contra el monasterio, entre las cuales se hallaban parcialidades de los monjes, marginaciones y una descontrolada lujuria. Tal misión contaba con el apoyo de la corona de Aragón, personificado en el vicecanciller Cristóbal Crespí de Valdaura, Madrid y Roma. Era, por lo tanto, una visita “real y apostólica”. Una vez dentro, tanto el visitador como los monjes rebeldes, liderados por fray Rafael Trovado, procuraron hacer la vida imposible a su contrincante. Entre otros acontecimientos, Gómez fue víctima de intentos de asesinato y procuró ásperos castigos en las mazmorras del viejo convento. Sin embargo, la narración de los hechos se detuvo en noviembre de 1667, es decir, poco menos de dos años después del comienzo del relato.
Concluida la primera lectura del manuscrito, Andrés Robres se planteó el interrogante de cómo difundir el hallazgo. Para ello, el primer paso fue hacer una valoración “cautelosa” de la obra en cuestión. Según Andrés Robres, el fenómeno de las visitas conventuales ha sido profusamente tratado por la historiografía; sin embargo, el escrito de Tomás Gómez aportaba un elemento nuevo, es decir, la narración en clave autobiográfica. Por ejemplo, el monje segoviano brindaba información sobre la vida monástica del siglo XVII, la lentitud y dificultad de las comunicaciones, los prejuicios propios de un castellano viejo y la marcada misoginia del ámbito religioso. Al mismo tiempo, la valoración inicial fue complementada con datos obtenidos de 24 repositorios (por caso, archivos en Barcelona, Londres y Roma) y la confección de una base de datos con más de 2000 registros documentales.
Tiempo después, Andrés Robres pasó a una segunda valoración que, en sus palabras, significó un “giro de 360 grados” por tres motivos: en primer lugar, el manuscrito había pasado de ser la fuente única a una fuente más; en segunda instancia, el episodio había ganado en relevancia histórica ya que tanto la orden cisterciense como el mismo reino de Valencia se habían visto implicados; por último, la investigación ponía de manifiesto el carácter ejemplas del episodio en cuanto reflejo de una realidad jurisdiccional, institucional y política.
Entonces, ¿cómo dar a conocer los resultados? En función de la tipología de la fuente, se decidió la preparación de dos obras diferentes. La primera, publicada en 2008, es estrictamente académica. Se trata de una edición crítica, acompañada de notas, mapas, planos y otros escritos de Gómez. Cuenta, además, con siete estudios de contexto. La segunda, editada en 2020, tuvo como fin una reconstrucción más accesible de lo ocurrido. El objetivo, subrayado por Andrés Robres, era narrar en orden cronológico la historia de la visita de Valldigna una vez ponderadas todas las fuentes. Pensada para un público más amplio, la obra carece de notas bibliográficas aunque sí cuenta con una relación de las fuentes consultadas.