Cartografías de lo desconocido

Cartografías de lo desconocido. Visita a la exposición en la BNE

Más de doscientos mapas de la BNE y otras instituciones españolas se han mostrado en el recorrido de la exposición Cartografías de lo desconocido en la BNE. El poder evocador de estos instrumentos, los mapas, ha sido la excusa para plasmar su capacidad para crear ilusiones y realidades que condensan en sí un importante componente cultural, al tiempo que nos hablan de aspectos universales y locales en un espacio determinado.

La exposición recorre una amplia cronología que logra abarcar una gran variedad de mapas que van desde la época altomedieval (siglo VIII) hasta hoy, siendo mayoría los situados entre los siglos XV y XIX. Desde los mapas de “T en O” a la recuperación de la geografía ptolemaica y la solución cilíndrica de la proyección Mercator a las representaciones alegóricas en forma de Leo Belgicus para los Países Bajos o de Virgen en el caso de la Monarquía española. Desde las formas que priorizaban Europa hasta Arnold Peters y las nuevas técnicas como Little planet. De los atlas a un mapa del metro; todos reflejan uno de los objetivos de la exposición: fijarse más en el mapa y menos en el territorio, puesto que el primero suele esfumarse con la representación del segundo.

Este interés primordial por el mapa se refleja en la exposición a través de la representación de lo ignoto, lo desconocido (América, Extremo Oriente), lo extraordinario (El  Dorado, la Atlántida, Utopía): la manera de hacer visible la Terra incognita y sus gentes, de incorporarla y domesticarla a través de los mapas.

A la hora de explorar lo incógnito resulta particularmente interesante la relación de la cartografía con la geografía, la historia natural o la etnografía, donde se aborda la manera de representar a las gentes de aquellos lugares ignotos recién descubiertos y pone de manifiesto el encuentro de realidades muy diferentes. Esto se plasma en los márgenes de aquellos mapas que representaban nativos, ciudades, recursos naturales o paisajes de las tierras descubiertas (Hydrographia y Chronographica de las Yslas Filipinas, del jesuita Pedro Murillo de Velarde o el Quadro de Historia Natural, Civil y Geográfica del Reyno del Pirú, de José Ignacio Lequanda y Louis Thiebaut). En ellas se ponía de manifiesto la visión sobre esos espacios y esas gentes, idealizándolos, demonizándolos, y en cualquier caso, clasificándolos e introduciéndolos en el universo occidental. Por otro lado, en los grabados de nativos polinesios en los viajes de Hawksworth, la representación de estos con tatuajes corporales nos indica otra manera de entender los mapas desde perspectivas no europeas, pues aquellos funcionaban a modo de mapas de la historia de cada individuo.

A esto se suman los mapas fruto de las relaciones entre diferentes culturas, como el caso del mapa mozárabe que une la imagen del mundo según la concepción altomedieval cristiana con extractos del Corán o el mapa de Macuilxóchitl, ciudad novohispana, que fue el producto de la aplicación de las Relaciones Topográficas en dicho territorio y en la que se constata la disparidad entre los objetivos y los resultados, dando lugar a un mapa “mestizo”.

Los intercambios culturales también existieron con Oriente, en China, donde los jesuitas realizaron los primeros mapas de la región en base a los mapas existentes allí (el Guang Yu Tu), al tiempo que ejemplares como los de la isla de Hainan o el Mapa completo (…) del Imperio Qing nos muestran a la altura del s. XIX la tradición cartográfica china, tan antigua como la occidental, en la que aspectos como la inversión de los mapas (sur-norte) o la cuadrícula tradicional de la cartografía china se hacen presenten en los mismos no sin combinarlos con elementos más cercanos como la trama ptolemaica de paralelos y meridianos que fijan la latitud y la longitud o la representación de zonas como “el fin de la tierra”, tan cercano a nuestro Finisterre, que ponen de manifiesto las diferencias, conexiones e intercambios representados en los mapas.

En conjunto, la exposición dirigida por los comisarios Juan Pimentel y Sandra Sáenz-López da una visión de la cartografía actualizada. Revela por un lado, la importancia del mapa, como objeto de estudio y medio para trasmitir un discurso, y por otro, su capacidad para adaptarse a diferentes formas y disciplinas. Tanto la exposición Cartografías de lo desconocido como el catálogo resultado de ella suponen una ocasión para constatar aquello mencionado por Harley cuando decía: “Maps are graphic representations that facilitate a special understanding of things, concepts, conditions, processes, or events in the human world” (1987, 16). A ello añadiríamos, sus formas, el continente que hace de la imagen el vehículo conductor del conocimiento que se quiere trasmitir. Sólo a partir de este componente visual se pueden entender los mapas como “construcciones del mundo”.

Para saber más…

Página web de la exposición: http://www.bne.es/es/Actividades/Exposiciones/Exposiciones/Exposiciones2017/Cartografiasalodesconocido.html

Selección de mapas de la exposición: http://www.bne.es/es/Actividades/Exposiciones/Exposiciones/Exposiciones2017/cartografia-de-lo-desconocido/AvanceExpo/Obra5.html?pagina=1

HARLEY, J.B & WOODWARD, D., The History of Cartography Project, University Press, Chicago, 1987.

HARLEY, J.B,  La nueva naturaleza de los mapas. Ensayos sobre la historia de la cartografía., FCE, México, 2001.

PIMENTEL, J. SÁENZ-LÓPEZ, S., Cartografías de lo desconocido, BNE, Madrid, 2017.